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Por sus respectivos trabajos, Amaia y Txomin pasaban poco tiempo en casa, así que a punto de convertirse en padres decidieron crear Amatxo, una quesería ecológica en su caserío, en Antzuola (Guipúzcoa). Txomin, como afición, tenía un pequeño rebaño de 20 ovejitas y Amaia empezó en la escuela de pastores y asistió a varios cursos, ampliaron ese pequeño rebaño y así hacce 5 años nació Amatxo, que además de un acrónimo, significa 'madre' en euskera. Para ellos, su proyecto es una vuelta al contacto con la naturaleza y a las tradiciones, pero con las ventajas de las nuevas tecnologías. Cuentan que en su caserío las puertas siempre están abiertas para que los animales entren y salgan cuando les apetezcan, pasten en los prados del caserío, vivan sin químicos ni fitosanitarios. Y el resultado son quesos con nombres que hablan de la naturaleza y del entorno, una gama variada.